Mérida es caluroso, pero también es cálido.
- Adrián Rodíguez
- 1 jul 2018
- 3 Min. de lectura
Hace algunos días tuve la oportunidad de viajar de “pisa y corre” a la ciudad de Mérida, Yucatán; les puedo asegurar que es una de las mejores estancias rápidas que he tenido últimamente.
Como ya es regular, viaje de trabajo, pero en esta ocasión fue exprés pues solo estaba para cubrir un evento con agentes de viajes, presentación y capacitación. Salimos desde la ciudad de Cancún por la tarde para tomar la carretera directo a eso de la 1PM de un jueves. Este camino es muy conocido para lo que viven o han vivido en la península del sur de México. Yo quisiera saber quién fue el genio al que se le ocurrió hacer una carretera “Derecha” en toda la extensión de la palabra. Para aquellos que no estén tan familiarizados con este trayecto, es un tramo de 3 horas de recta a una temperatura que generalmente va entre los 30 y 35 grados Celsius, a la mitad de la nada, con mucha fauna (mapaches, tlacuaches, iguanas, lagartijas y mariposas) atravesando constantemente en el pavimento. El camino ciertamente es bello, pero debes de llevar excelentes copilotos para que te hagan platica entretenida, pues de lo contrario corres con el riesgo de morir de cansancio y aburrimiento.
Nuestro evento tenia como punto de partida un hotel a las afueras de la ciudad, en el oriente, llamado Hacienda Misné, una hacienda que anteriormente hacia referencia a una localidad con el mismo nombre. Originalmente pensada para la industria del maíz y el henequén que tuvieron su auge en el pasado en toda la zona sureste, por lo tanto un espacio muy grande que ahora esta aprovechado como propiedad privado para servicios de hospedaje con 50 habitaciones.
Sin embargo he de decir que uno de los detalles que más me han llamado la atención es la calidez con la que el staff es amigable y totalmente servicial. ¿Por qué digo esto? Les explico un poco, en un viaje que iba a ser de una sola noche yo solo viaje con una maleta que evidentemente no era tan pesada, en la cajuela teníamos algunos banners y estructuras para montar en el evento, pero nada que no se pudiera manejar de manera sencilla. Desde el momento que llegamos el chico de atención al cliente fue amigable, practico, respetuoso y atento, además de insistir en llevar nuestras maletas a todas las habitaciones, pese a que para nosotros no era una molestia cargarlas. Al entrar a cuarto fuimos recibidos con una amenidad de Café y las tradicionales bolitas de queso de Yucatán, deliciosas. No tuve oportunidad de cenar en el restaurante, pero si de acercarme a explorar el hotel, cada persona que se cruzó en mi camino sonreía. Al día siguiente cuando hacia Check Out vi correr desde la recepción hacia mi cuarto al chico de atención al cliente para ayudarme de nuevo con la maleta, nunca me dejaron cargarla.
Que agradable sensación de servicio.
Para cenar, mi Favorito de allá, APOALA. Soy el único en el país que viaja a Yucatán para comer Tlayudas Oaxaqueñas, y es que de verdad se los digo, esta combinación mexicana que ofrecen en su menú es una de mis grandes debilidades. Además, este pequeño gran lugar en el centro de la ciudad esta rodeado por el entorno más clásico del ambiente yucateco. Por lo tanto, una mezcla de tradición y modernidad con sabores que entonan perfectamente. Si van, por favor no dejen pasar el postre: ¡Algodón de Coco!
Ese día, un jueves, en la misma plaza donde se encuentra el restaurante tuve la oportunidad de coincidir con el programa de Serenatas Yucatecas, una mezcla de arte y cultura enmarcada por la arquitectura y tradición de la ciudad. Si tienen oportunidad de hacer reservaciones en alguno de los restaurantes que rodean al Parque de Santa Lucia, háganlo. Es como una cena con uno de los shows mas auténticos. ¡BOMBA!
Una de las sensaciones ms agradables que me dejo este viaje es poder darme la oportunidad de maravillarme con los detalles y el servicio, menos de 24 horas en una ciudad las sentí como todo un fin de semana, pues además de haber tenido un productivo viaje me dejé consentir por una ciudad que con cada detalle hizo todo más ágil y amigable.
Gracias Mérida, Gracias Yucatán. Dejaron enamorado a este Boxito.
Dato curioso y no estoy seguro si útil. Misné en lengua Maya significa: Cola de Gatos.
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